La jornada fue de lo más divertida. Muchos nos hicimos los valientes ante nuestros hijos y acabamos pagando cara nuestra osadía en forma de burla sana.
Participamos unos 150 miembros de la comunidad escolar, entre ellos dos profesores, Luis y Cristina, que se atrevieron con las cuchillas.
La única nota negativa es que una alumna sufrió un accidente y fue atendida por los servicios de primeros auxilios del Palacio de Hielo. Afortunadamente todo quedó en un susto.
Tras varios años repitiendo la experiencia queda claro que debemos empezar ya a reservar fuerzas para el año próximo y, de paso, practicar algo más…